Está empezando a coger fuerza en algunos foros el pensar que Wikileaks es una fachada promovida por los servicios secretos norteamericanos.
Analicemos esta afirmación con un poco de lógica:
Si eres la CIA y te toca los cojones lo fácil que es hoy en día para cualquiera difundir información puede que te moleste especialmente que un sitio en concreto comience a gozar de prestigio y reconocimiento. Es fácil para cualquiera difundir información, no necesitas Wikileaks. Hay un millón de maneras de compartirla y gracias a las redes sociales es fácil lograr su difusión. El que esa difusión pase concretamente por Wikileaks “sólo” tiene el aliciente de añadirle verosimilitud ¿por qué? Porque Wikileaks afirma revisar la información y las fuentes. Y hay que creérselo. No hay forma de saber a ciencia cierta si la filtración es genuina o intencionada porque cualquiera que sea la comprobación efectuada por Wikileaks no se hará pública precisamente para proteger a esas fuentes.
Así sólo podemos jugar a las hipótesis:
Si suponemos que Wikileaks es independiente entonces las amenazas y sospechosas acusaciones sufridas por su fundador podrían estar a cargo de terceros buscando destronarlo. Existen antecedentes idénticos en la historia de los servicios secretos. Es plausible pero no hay forma de probarlo.
En cambio si suponemos que Wikileaks es una fachada los ataques sufridos y la información filtrada se explicarían como parte de una operación que tendría por objetivo crear un falso mártir mediático que eclipasara otras filtraciones y, al mismo tiempo, podría crearse una legislación que permita el cierre de webs internacional bajo acusaciones de piratería (si con las acusaciones de terrorismo se ha detenido a turistas adolescentes con las de piratería cerrarán hasta la WEB de las Madres de la Plaza de Mayo). De esta forma se lograría una aproximación a un escenario donde el único faro en el que confiarían los nuevos ciberciudadanos estuviera bajo control estatal encubierto. Los indicios pueden ser meras coincidencias ya que en el escenario anterior también tendrían cabida intenciones legislativas como las mencionadas.
El segundo supuesto puede sonar atractivo pero hay un obstáculo debase: lo publicado hasta la fecha Wikileaks parece rigurosamente cierto, nadie ha podido desacreditarlo; para colmo pone en evidencia que la existencia de los servicios secretos sólo entorpece la evolución de la humanidad. Wikileaks es por definición un misil destinado a eliminar las barreras informativas, servicios secretos incluídos; ese es su mensaje y su misión al margen de la veracidad o intencionalidad de la información que puedan publicar.
Si Wikileaks es una maniobra de los servicios de inteligencia americanos y usted fuera un agente implicado acepte este consejo: no lo ponga en su currículum.